11 abr 2010

La historia de la fundación cultural favorita de Bachelet

Los $1.000 millones recibidos por Teatro a Mil en febrero abrieron la polémica:

La historia de la fundación cultural favorita de Bachelet
Durante todo el gobierno pasado, la Fundación Internacional Teatro a Mil recibió casi 2.000 millones de pesos en asignaciones desde la Presidencia. El 62,8% de este monto se entregó después de las presidenciales. Es el festival de teatro más grande del país, que durante años no ha tenido competidores y que contó con un lugar especial en La Moneda.

Marisol Olivares en EL MERCURIO del 11 de Abril de 2010


Todo partió en enero de 1994. Un festival llamado Teatro a Mil se sumaba a los diez festivales de enero en Santiago. Literalmente entradas a $1.000; la Estación Mapocho como escenario; pocos auspiciadores y las nueve "mejores" obras nacionales del año anterior. El embrión del gran carnaval teatral que, 17 años más tarde, relegaría al resto de los festivales de enero; incrementaría las entradas de "mil" a $7.000, y tendría a medio Santiago siguiendo marionetas monumentales y a una Presidenta de la República preguntando si debía ensayar para despertar a la "pequeña gigante".

La empresa

La amigas Carmen Romero y Evelyn Campbell formaron en 1990 la productora Romero & Campbell. Ésta comenzó a producir los montajes de la Compañía Gran Circo Teatro, del fallecido director Andrés Pérez, además de la difusión de algunos grupos musicales y escenografías para eventos gubernamentales. El 94 fue su gran salto, cuando la empresa organiza y produce el Festival Teatro a Mil. Allí se mostraron las nueve mejores obras de 1993, escogidas según el criterio de Romero y Campbell. El mismo año estas obras llegaron a Canadá, Colombia, Brasil, Portugal y España. Es que recorriendo con la compañía de "La negra Ester", Romero se contactó con gobiernos extranjeros, los cuales facilitaron el intercambio de compañías. Y dicen en el mundo del teatro que, para hacer carrera internacional, hay que "bailar con Romero".
Mientras el festival y la empresa de Romero y Campbell fueron creciendo, lo mismo pasó con sus relaciones con el gobierno. Pues si hasta Frei sólo hacían la escenografía y montajes para los actos culturales de gobierno, con Lagos se convirtieron en las gestoras de los carnavales culturales en Valparaíso. Y así también aumentó la subvención estatal: el ex ministro de Cultura de Lagos, José Weinstein, la aumentó del 7% al 15%. Con Bachelet llegó al 27% de su presupuesto.

Sociedad & fundación

El auge del festival hizo que Romero & Campbell formara en 2004 la Fundación Internacional Teatro a Mil (Fitam). Ello, dicen en la empresa, para asegurar la permanencia en el tiempo del certamen.
Carmen Romero, a la par de ser socia en la empresa, es la directora de la fundación; la actriz Delfina Guzmán es su presidenta; el vicepresidente es el actor de TVN Francisco Reyes -pareja de Romero- y la tesorera, la otra socia: Evelyn Campbell. La fundación que produce el festival recibió desde 2006 $1.910 millones de la Presidencia, la mayor donación directa de este tipo.
En el desglose, si bien desde 2006 a 2009, Fitam recibió un aporte promedio de $303 millones anuales, el 2 de febrero de este año la asignación fue incrementada a $1.000 millones de pesos. Es decir, el 62,8% de toda la plata que le destinó la Presidencia a Teatro a Mil se entregó después de las elecciones presidenciales.
En el Fitam justifican este aporte debido a que "se trató de la 'fiesta bicentenario', que tuvo como invitado especial a Chile. Para esto se remontaron 17 obras emblemáticas del teatro chileno, que simbolizaran los 200 años sobre las tablas. Trece de estos montajes fueron coproducidos por Fitam, es decir, la fundación asumió el financiamiento ", dicen. Además coprodujo obras gratuitas en Antofagasta, Talca e Iquique.
Ex asesores de Bachelet explican que el monto se definió -según dicen- al notar que la gente le pedía a la Presidenta más festivales. "La inversión de mil millones se compensa en capital cultural cuando tres millones de chilenos salen a la calle", aseguran. Fuera del aporte fiscal, la Fitam recibe aportes de privados -principalmente de Minera Escondida- y la taquilla (la recaudación por función).
Además del directorio, hay un comité de diez artistas que trabajan para el festival, sea seleccionando obras o dando ideas creativas. Ellos contratan a empresas para la producción, comunicaciones y marketing, los cuales se pagan con el dinero recaudado por la fundación. Y la empresa externa que más servicios realiza para la fundación es justamente Romero & Campbell. Según Fitam, "la productora presta servicios profesionales para producción artística, técnica, logística, promoción y publicidad. Esto permite a Fitam optimizar los recursos y tener costos fijos mínimos". Para la organización del festival la fundación desembolsó $323.940.032, el 6% del costo total del evento.
La Fundación Teatro a Mil registra dos direcciones en Tesorería. Una coincide con la de la productora Romero & Campbell, y si alguien llama por teléfono a "Santiago a Mil", le contestarán "Romero y Campbell, buenos días".
La productora no sólo produce este festival. También el concurso literario "Santiago en cien palabras", la revista Plagio y hace difusión para salas de teatro. Entre éstas Lastarria 90, cuyo dueño es el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke. Al preguntarle a la gente de Fitam cómo no se confunden los gastos de la productora y la fundación, al ubicarse ambas en el mismo lugar, compartir los mismos teléfonos y personal, respondieron que lo solucionaban teniendo contabilidades distintas.

Criterios de selección

El jurado de Fitam, que rota año a año, elige las obras de la cartelera anual para el evento. El actor de teatro y televisión, Francisco Melo, hace años que no participa en el festival, puesto que ninguna de sus obras ha calificado. Pese a considerarlo el mejor festival de teatro del país dice que "debería haber un criterio de selección más diverso. Yo no he participado (en el proceso) pero me han dicho que la decisión es abierta, no de la Carmen... pero que una sola institución se haga cargo de la cultura del país es algo muy fuerte". Por lo mismo, dice que "sería ideal hacer que la cosa sea lo más transparente posible, lo más abierta y que no sean siempre los mismos los que digan qué es bueno y qué es malo".
Al dramaturgo Ramón Griffero, miembro del Fitam, le gusta como funciona Santiago a Mil. "Dado que el Estado no hace festivales, hay que subvencionar a otros que sí lo hacen. Es la privatización de la cultura. Y el festival ha tenido un gran impacto social: han crecido las escuelas de teatro, la taquilla y el arte escénico", cuenta. Y dice que los mil millones "no es nada comparado con lo que se gasta en armas".
Nissim Sharim, del legendario Teatro Ictus, sostiene que hay un problema con los festivales. "Son estrellas de un día, y oscuridad el resto del año. Después de un festival no queda nada", asevera. Respecto de la subvención estatal a la fundación, Sharim dice que "preferiría que la subvención se la entregaran a compañías que estén en permanente montaje en los teatros de Chile y a los artistas que están contribuyendo constantemente, como pintores o músicos, y no tanto en financiar un solo festival".
Una visión más crítica la da el director Yassim Inojosa. Este actor de la Universidad de Chile ha participado en tres ocasiones en el certamen, y denuncia un "establishment" dentro del teatro chileno: "El Fitam se ha constituido como una instancia que genera castas de compañías que se benefician de la discriminación que se hace a otras que no son difundidas en la misma medida. Lo más preocupante es que sea el Estado el que entregue esa cantidad de dinero a un festival que no genera fomento teatral alguno, y que bajado el telón desaparece también su impacto". El actor cree que tanto en Fitam como en el Fondart se repiten los rostros "confiscando el concepto de cultura en favor de un grupo establecido".

Amigos en Palacio


El vínculo de Carmen Romero con la ex Presidenta Bachelet no comienza en La Moneda. Según varios perfiles escritos sobre la gestora cultural, el contacto comenzó en los 60, cuando ambas realizaban teatro aficionado en la universidad. Y siguieron coincidiendo: Elisa Reyes -la hija menor de Francisco Reyes y Romero- y Sofía Henríquez, la menor de los Bachelet, son ex alumnas del colegio La Girouette, topándose más de una vez como apoderados. Además, ambas tienen casa en Tunquén.
En una entrevista en 2008, Carmen Romero dijo que "la Presidenta y yo nos tenemos un respeto mutuo". Y al parecer ese respeto hizo que la ex Mandataria la escuchara cuando Romero le propuso que al asumir el mando hiciera el recital "Canta América Canta", que ella misma produjo. Así logró que los cantantes Julieta Venegas y Miguel Bosé vinieran gratis a cantar para celebrar la llegada de Bachelet al poder.
No era la primera vez que Romero & Campbell producía un evento cultural para los gobiernos de la Concertación; ya habían organizado las fiestas de la cultura y los carnavales de Valparaíso durante la administración Lagos.
Bachelet invitó a los Reyes-Romero a la gira presidencial a Europa el año pasado. La misión de Romero allí fue promocionar el teatro chileno y traer de vuelta obras europeas al festival.
Francisco Reyes es quizás el actor que más se identificó con la gestión Bachelet. Cuando todos daban por hecho que se sumaría a la campaña de Marco Enríquez-Ominami, el protagonista de las teleseries de TVN entró al comando de Eduardo Frei como figura central. Poco antes, La Moneda había decidido abandonar su actitud prescindente y jugarse de lleno por esa candidatura. Meses antes, en junio, Carmen Romero produjo el "Caupolicanazo" que inauguró la campaña freísta.
Otro de los vasos comunicantes de Romero y Campbell con la Concertación es la gerenta de asuntos corporativos de la compañía, Paula Echeñique, quien es esposa del senador PPD Guido Girardi y amiga de la ex vocera de gobierno, Carolina Tohá (PPD).
Romero&Campbell, alguna vez fue bautizada como la "productora de la transición" goza de un prestigio unánime en el hoy bloque opositor. "En Chile, nadie les puede competir", dice un ex ministro. Su próximo proyecto es traer un centenario teatro italiano a Chile, lo que ha generado gran expectación en el medio.




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